miércoles, 15 de diciembre de 2010

Sobre las mandarinas

Bueno. Después de cinco días de existencia, he de admitir que los resultados logrados no han estado nada mal: 5 comentarios (uno de ellos, mío), 7 seguidores y 46 visitas (la mayoría de mi  madre y de mi abuela)...
Ante esta situación, considero que lo que se tercia es publicar una nueva entrada. Como introducción, he de decir que su tema ha requerido una gran consideración y maduración por mi parte. Es decir, que lo he pensado esta mañana en la cafetería.

Ahí va: ¿No piensan que la mandarina es la fruta con peor reputación?

Sí, lo sé...suena absurdo. Pero démosle una oportunidad:

Cuando llegan el verano y  la primavera, todos estamos deseando ir a la frutería (vale, la mayoría al súper) para poder comer fresas, cerezas, albaricoques, picotas (Mmmmm picotas), melocotones, sandías... y demás frutas de temporada.

Uno de los factores favorables que tienen el progreso y la globalización es que podemos comer estas frutas durante el resto del año (aunque a veces cuesten un ojo de la cara) importadas desde el otro hemisferio. También pueden ser cultivadas mediante...mediante...¡técnicas de cultivo no convencionales! (Sí, mejor ese nombre que el que les corresponde)

Pero: ¿Por qué no importamos frutas de invierno cuando estamos en verano? ¿No se han preguntado qué pasa cuando entra el otoño? Cuando empiezan a caer las primeras hojas, tratamos de sustituir nuestros albaricoques por ciruelas, uvas, higos...pero no es lo mismo. La euforia "frutívora" de la primavea no se repite en el otoño. Para cuando llega la época de la mandarina, ya estamos echando de menos las fresas.

Y por eso, las mandarinas son la fruta que peor nos cae. Yo quiero animales a cambiar la concepción generalizada de las mandarinas:
¡Este es un llamamiento a todos aquéllos que pasan buenos momentos comiendo mandarinas!
Porque se pasan, señoras  señores: seguro que más de uno de ustedes habrá dicho alguna vez eso de "Ay, mandarinas ¿Me das un gajo?" La mandarina es una fruta  que se comparte, que proporciona un momento de alivio en mitad de un día frío. Es una fruta imprevisible: nunca sabes si va a estar dulce o amarga, si va a tener pepitas o no...

Señoras, señores, animales y wookies: coman mandarinas.

(Ya les dije que se atuviesen a cualquier cosa en este blog...)

4 comentarios:

  1. Jajajaja Pues desde luego ganas de comer mandarinas te entran. Si ese es el objetivo lo has conseguido xD

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  2. mmmm... mandarinas.... grrr... es que están tan ricas

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  3. Discrepo en tu opinion. a mi las mandarinas me caen bien todo el año, quieras o no.

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  4. Yo soy de esas personas raras a las que les gusta comer mandarinas fresquitas. Recién sacadas del frigorífico. Además me encanta su olor. El ambientador de mi habitación es olor a cítrico, pero si le preguntas a alguno de mis amigos te dirá "No! A cítrico no! En la habitación de Juanfri huele a mandarina" :D

    Bsos sureños

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