Es muy triste ir a una zapatería infantil y que te digan que no tienen tu número... que sólo trabajan con tallas superiores. Pero así es la vida de alguien que calza un 33 (les dejo un par de segundos para que lo asimilen) Sí, tengo los pinreles del tamaño de un niño de 7 años. Nunca me crecieron más.
No es tan excepcional como parece. De hecho, hay varias zapaterías especializadas en números poco frecuentes.El mío, el 33, es, incluso allí, de las tallas más pequeñas. Pero también hay calzado de tamaños descomunales. De hecho, una vez vi a una mujer que se compró cuarenta y muchos. He de decir en su defensa que era una señora altísima, a la vez que realmente atractiva.
Entablé conversación con ella. Le conté que yo me solía comprar los zapatos en las secciones infantiles y ella me contestó que los adquiría en las de caballero. Incluso así, a ambas nos costaba un gran trabajo hallar un zapato que nos fuese como un guante.
A donde quiero llegar con todo esto es que nadie, ni siquiera los más raros, están solos. No cuesta mucho encontrar gente con nuestros mismos problemas, por muy alucinantes que parezcan.Pero lo más extraordinario es que tendemos a reunirnos todos en la búsqueda de la solución.
Vaya!! Ni me había dado cuenta de tus pies!!
ResponderEliminarPues ya ves, todos tenemos nuestra cosilla especial :P
¡Buen post! ¡A seguir publicando! :)
En cierta parte te entiendo, la talla 40 me queda pequeña y la 41 grande >.< es frustrante tener una talla 40,5 (en serio, me lo dijo el médico).
ResponderEliminarPero ánimo :D