martes, 18 de enero de 2011

La bailarina de la caja de música

 Tan frágil, tan dulce, tan elegante y especial. Igual que el cuello de la bailarina en la cajita musical. Pero no te gustaba la canción. Así que cogiste la muñeca y la arrojaste al mar. Ahora ya nunca podrá volver a bailar. Y la música, la que quisiste evaporar, sigue sonando para recordarte lo que no recuperarás.

 ¿Por qué dejaste la muñeca resquebrajada en el suelo? ¿Por qué no la intentaste arreglar? O, por lo menos ¿Por qué no rompes el resto de la caja para que la melodía deje de evocar los gráciles movimientos que no volverás a observar?

Sus vueltas, sus vueltas, sus vueltas. Siempre dando vueltas. Piel de porcelana, ojos  lapislázuli, corazón en vidrio y boca de carmín  ¿No volverás a bailar para mí? Sensibilidad, sutileza, intensidad, armonía y felicidad. Decían que si la mirabas todo un día, se hacía realidad. Y entonces la tendrías y ya no la querrías soltar.

Melodía, ¿Por qué tuviste que llegar? Que no te dejen sola: sólo fuiste un cómplice más. Tendiste el cuchillo para con él desgarrar la dulce piel de seda de mi muñeca de cristal. Ya no hay flores ni almas que regar.

Si tienes una muñeca, déjala bailar. No seas cobarde y mírala. Con cada una de sus vueltas, su corazón da un latido más. Y si la escuchas, se volverá de verdad. Matadme si vuelvo a soltar a mi pequeña princesa en el mar.



3 comentarios:

  1. Wow Ali! *-* me ha encantado!
    Deberías ver la cara que se me ha quedado, el texto es genial! Siempre he tenido debilidad por las cajitas de música. Son a la vez inocentes y tenebrosas.

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  2. Sencillamente genial.Me ha gustado muchísimo. :)

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  3. Yo de esa cajita me quedé con la bailarina, tu historia me ha traído recuerdos...me ha gustado mucho =)

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