Todavía quedan libros que empiezas a leerlos a las nueve de la noche y te envuelven entre sus frases de tal forma que para cuando dan las dos de la madrugada ya los has terminado.
Minuto arriba, minuto abajo, eso es lo que me sucedió la otra noche con Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo de Albert Espinosa.
La historia nos presenta a un joven, Marcos, que, tras la dolorosa muerte de su madre, no está dispuesto a permitir que su mundo permanezca inmutable. Es por ello que ha decidido hacerse con una costosa medicina que le permitirá dejar de dormir. Mientras está decidiendo si inyectarse la sustancia, descubre, a través de su vetana, a una chica en medio de la plaza de Santa Ana.
Marcos continúa cautivado por la desconocida cuando, de repente, suena el teléfono. Es su jefe: tienen retenido en los despachos a un extraterrestre. Marcos es el único que puede aportar algo de luz ante este peculiar caso porque tiene un don muy especial...
A lo largo de este fascinante relato, Espinosa realiza una profunda radiografía de los sentimientos humanos: amor, sexo, deseo, ternura, pasión, cariño, celos, envidia, terror, odio, morbo, tristeza, incertidumbre...
Nos encandila, nos seduce y, finalmete, nos enamora. No nos muestra sólo la cara amable de la vida, sino que también revela al lector su visión más desgaradora y trágica. Es esa perfecta combinación la que impide que separemos la vista un segundo de las letras.
La historia de Espinosa trata del amor, pero no es una novela rosa que hable del amor frívolo y burlesco. Es amor a todos los niveles, un amor real que supera la muerte, que traspasa la vida.
A nivel formal, la narración del autor favorece enormemente la caracterización de los personajes. La empatía que genera el lector es tan fuerte que incluso se podría decir que llegan a encantarnos. Además, sus personajes están bien construidos, son ricos en matices y fieles a su propia personalidad. Por ello, también destaca la coherencia en el relato.
No acostumbro a leer libros de temática amorosa. Con demasiada frecuencia, sus autores tieneden a confundir romanticismo con obesión, imbecilidad y embobamiento. Pero, sin duda, Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo es capaz de enamorar a insensibles ojienjutos como yo.
[NOTA: a petición de los lectores, se rebajan los niveles en brillo y saturación de las entradas para facilitar su lectura desde los dispositivos móviles. También se añaden canciones de Queen al Mixpod. La de Bowie no ha sido una sugerencia, la he puesto porque me apetecía.]